Nora Delgado Sanchez

Nora Delgado Sanchez

April 1, 1933 – November 1, 2025

“Every problem could be solved at the kitchen table over a cup of café con leche.”

Nora Delgado Sanchez has gone to plant in heaven’s garden. Born on March 31,1933, in Havana, Cuba, to Vicente Delgado and Felicia Mesa, and beloved older sister to Vicente Jr., Nora grew up on a farm where she learned the language of animals and plants. She loved all creatures, but had a soft spot for pigs and dogs — and once she settled in the U.S., she never again lived without a dog by her side.

Her father registered her birth a few weeks late, and thus her official records read April 1. Ever the lover of numbers and balance, Nora would surely appreciate the symmetry that her life began — and ended — on the first. An accountant by trade, she found comfort in order, precision, and the satisfaction of everything adding up just right.

In 1961, she traded palm trees for freedom and opportunity, bringing her daughter Norita (Nora Losada) to the United States and building a new life from scratch. Seeking better opportunities, she made her way to New York City in 1962, where she met her partner in love, laughter, and work, Lázaro Sanchez (marrying in 1965). Together with their extended and growing family they moved to Hialeah, Florida, in 1969. There they would help build a pipe manufacturing business that employed hundreds of friends and relatives newly arrived from Cuba. Nora and Lázaro worked together their entire careers — he outside in the manufacturing plant, she in the office, both keeping the numbers and the dream steady.

Nora was a master of many things: café con leche, the best rice pudding ever, and unsolicited, unfiltered advice. Her house was where you went for comfort food, conversation, and problem solving while playing a heated game of dominoes. She worked out her problems and thoughts by creating her own small paradise filled with tropical fruit trees she coaxed into abundance. Her trees produced the sweetest mangoes and avocados the size of footballs. Her treasured mamey tree, grown from a seed carried from Cuba, stood as a quiet act of devotion to the home she left behind.

She never stopped missing Cuba, but she remade it here — in her yard, in her kitchen, and in every cup of café con leche that soothed a worry or sparked a laugh.

Nora is survived by her two daughters: Nora L. Losada (née Jorge, Frank Losada) and Lissette Sanchez; five grandchildren: Jessica Durso (Chris Durso), Tiffany James (Kevin James), David Losada, Leah Bishins, and Julian Bishins; and, two great-granddaughters: Elliott Durso and Selena James.

The family will hold a private celebration of life in December. In memory of Nora, grab a warm cup of coffee and take a walk in a garden — or donate in her honor to an animal rescue of your choosing.

Nora Delgado Sánchez

1 de abril, 1933 – 1 de noviembre, 2025

“Cualquier problema podía resolverse en la mesa de la cocina con un café con leche.”

Nora Delgado Sánchez falleció el 1 de noviembre de 2025 en Alexandria, Virginia. Nora nació en Habana, Cuba, hija de Vicente Delgado y Felicia Mesa, y querida hermana mayor de Vicente Jr. Creció en una granja, donde aprendió el lenguaje de las plantas y los animales. Amaba a todos los animales, pero siempre tuvo una predilección especial por los cerdos y los perros, y desde que llegó a Estados Unidos nunca vivió sin un perro a su lado.

Su padre registró su nacimiento unas semanas tarde, y el registro oficial marcaba 1 de abril. Como amante de los números y el equilibrio, Nora hubiera apreciado la simetría de su vida, que empezó y acabó en un primero de mes. Contable de profesión, siempre encontró el orden y la precisión reconfortantes, y satisfacción en que todo cuadrara de manera perfecta.

En 1961 cambió las palmeras de la Habana por libertad y oportunidad, viniendo a Estados Unidos con su hija Norita (Nora Losada) y construyendo una nueva vida de cero. En 1962 llegó a Nueva York en busca de mejores oportunidades, y allí conoció al que sería su compañero en amor, risas, y trabajo, Lázaro Sánchez. Se casaron en 1965 y en 1969 se mudaron con su familia a Hialeah, Florida, donde fundaron una empreasa de fontanería que a lo largo de los años ofreció trabajo y oportunidades a cientos de amigos y familiares recién llegados de Cuba. Nora y Lázaro trabajaron toda su vida, él en la planta de la fábrica, y ella en la oficina, manteniendo las cuentas (y sus sueños) en marcha.

Nora era experta en muchas cosas: el café con leche, el mejor arroz con leche, y en dar consejos. Su casa era donde ibas para comer, tener una buena conversación, y resolver tus problemas mientras echabas una partida de dominó. En su casa creó su propio paraíso, llenando su jardín de árboles tropicales que dieron fruta en abundancia, los mangos más dulces y aguacates del tamaño de balones de fútbol. Su querido árbol de mamey, plantado de una semilla que trajo con ella desde Cuba, siempre fue un silencioso tributo a su tierra y a todo lo que dejó atrás.

Nunca dejó de añorar Cuba, pero de alguna manera la rehizo aquí, con su jardín, en su cocina, y en todas las tazas de café con leche con las que compartió confidencias y sonrisas.

Su familia, sus dos hijas, Nora L. Losada (nacida Jorge, Frank Losada) y Lissette Sanchez; sus cinco nietos Jessica Durso (Chris Durso), Tiffany James (Kevin James), David Losada, Leah Bishins, and Julian Bishins; y sus bisnietas Elliott Durso y Selena James, celebrará una ceremonia de vida privada en diciembre. Así mismo, la familia invita a sus amigos y allegados a disfrutar de un café y un paseo en memoria de Nora, o a hacer una donación en su honor a una protectora de animales.